sábado, 22 de enero de 2011

UNAS CASITAS DE MUÑECAS POCO COMUN; TODAS LAS COLECCIONISTAS DE ESTAS BONITAS CASAS SON POR GUSTO.."ESTAS ERAN PARA REPRESENTAR ESCENAS DE ASESINATOS"..



Estas casitas contruidas por la abuelita Glesner, no eran para jugar; en ellas el tiempo se detenia de manera brutal en cada una de las escenas que se representaba; -muertes violentas sin resolución.....Los muñecos-cadáver dentro de estas casitas esperaban silenciosos en el interior de su hogar de madera a que resuelvan su enigma.


En un escenario de muebles rotos, cortinas rajadas y evidentes signos de violencia descansan sin tregua los muñecos; algunos colgados, rajados, envenenados o apuñalados, observándonos con sus ojillos pintados en la cáscara de nuez...contándonos con el silencio de sus representaciones los detalles más escabrosos de sus vidas disolutas.


Botellas rotas y ceniceros desbordados esperan a que los policias reclutas saquen las conclusiones pertinentes y puedan resolver el misterio...gracias a la casita de muñecas de la señora Glessner…


Origen del nombre.


La señora Glessner bautizó a su peculiar colección con el nombre de “ Estudios de la cáscara de nuez en la muerte inexplicada”... basándose en un refrán popular entre los detectives: “ condene al culpable, salve al inocente y encuentré la verdad en una cáscara de nuez”.


Nota: .........."El refrán es inglés, y al traducir queda un poco descoordinado".


Los muñecos se realizan en un taller que ella misma creó: "Los Laboratorios de la Cáscara de Nuez".


*La colección Glessner puede verse en Meryland (Baltimore) donde todavía se utiliza para seminarios de criminalística en el Departamento de Russel Fisher.


De cómo las cáscaras de nuez ofrecieron historias infinitas y diferentes perspectivas.


Las escenas representan historias dentro de historias, personajes anónimos a los que les cambiaron el nombre para que la gente de a pie no pudiese identificarlos, historias verídicas y depravadas de víctimas, testigos y sospechosos ponen de manifiesto sucesos tales como “suicidio usando arco y flecha” o “patogenesia de obstrucción vertebral de arteria”...


Hubo un momento en que la abuelita Glessner no daba más de sí y la compañía Tvnie Toy ayudó a la fabricación de los muñecos-cadáver y sus accesorios; también colaboraron carpinteros y tejedoras porque el realismo es tal que hasta se llegaron a fabricar medias y mocasines para los muñecos.


A pesar de tan detallada colección, hay cinco casos representados cuya verdadera historia está aún por resolver.


Hay quien dice que Glessner vivió oprimida por los varones de su familia y por eso tenía tanto énfasis en representar escenas criminales, muchas de ellas de violencia doméstica contra la mujer, pero otros piensan que Glessner sentía una fascinación tal por el mundo forense que bien podría llamarse la abuelita Fletcher por todos los casos que ayudó a resolver.


Yo me quedo con la personalidad brillante de esta mujer de naturaleza imperiosa, que a pesar de no contar con el reconocimiento a la mujer típico de la época, consiguió superarse a sí misma y volar mucho más alto que todos los que tenía alrededor, dando rienda suelta a su espíritu emprendedor e idealista y erigiéndose como la primera mujer que consiguió hacerse un hueco tan importante en la historia de la Criminalística.




Frances Glessner Lee (1878-1962) nace en Nueva Inglaterra y su pasión por la Medicina Forense nace un verano en New Hampshire, cuando un compañero de universidad de su hermano llamado Magrath pasa las vacaciones con ellos.Glessner decide estudiar Medicina y se licencia por la prestigiosa Universidad de Harvard.


El 1931 la señora Glessner ayuda a establecer el Departamente de Medicina Legal en Harvard, único en ese momento ya que era el primer programa de esas características que se impartía en Norteamérica.


A partir de ese momento, Glessner dedica su vida a la detección científica del crimen proyectándose como un adelanto muy relevante para el campo de la Medicina Forense.


En 1934 presentó al departamento una colección de libros manuscritos, que pasaron a formar parte de la biblioteca de Medicina Legal, y en 1936 dotaron el departamento con un regalo de $250.000 (el equivalente de $3.367.000 dólares en 2005).


En 1943 Glessner tiene el privilegio de convertirse en la primera mujer Capitán de Policia en el estado de New Hampshire.


En ese mismo tiempo comienza su valiosísimo trabajo sobre las muertes inexplicadas, realizando una asombrosa colección de muñecas que escenificaban homicidios y casos sin resolver.


Las muñecas están hechas a partir de cáscaras de nuez y tienen mucho realismo; con este trabajo, la abuelita Glessner aunó su pasión infantil por las casitas de muñecas con su otra gran pasión: la Ciencia Forense.


Glessner decide estudiar Medicina y se licencia por la prestigiosa Universidad de Harvard.


El 1931 la señora Glessner ayuda a establecer el Departamente de Medicina Legal en Harvard, único en ese momento ya que era el primer programa de esas características que se impartía en Norteamérica.


A partir de ese momento, Glessner dedica su vida a la detección científica del crimen proyectándose como un adelanto muy relevante para el campo de la Medicina Forense.


*Su mansión de Chicago es hoy en día.. "El Museo Glessner House"....

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